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lunes, agosto 08, 2011

OREMOS





¿Sabías que es la oración?

1. Oración mental es ese diálogo con Dios, de corazón a corazón, en el que interviene toda el alma: la inteligencia y la imaginación, la memoria y la voluntad. Una meditación que contribuye a dar valor sobrenatural a nuestra pobre vida humana, nuestra vida diaria corriente.

2. Orar es hablar con Dios. Pero, ¿De qué? ¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias…, ¡flaquezas!: y hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio.

3. “La oración” es la humildad del hombre que reconoce su profunda miseria y la grandeza de Dios, a quien se dirige y adora, de manera que todo lo espera de Él y nada de sí mismo.

4. La oración es una charla afectuosa, una confidencia amorosamente atendida; es un diálogo lleno de amor ―nunca monólogo― en el que Dios corresponde siempre…

5. La oración del hombre de fe, nunca es monólogo.

6. Oración: es la hora de las intimidades santas y de las resoluciones firmes.

7. Siempre he entendido la oración del cristiano como una conversación amorosa con Jesús, que no debe interrumpirse ni aun en los momentos en los que físicamente estamos alejados del Sagrario, porque toda nuestra vida esta hecha de coplas de amor humano a lo divino… y amar podemos siempre.

8. La oración no es problema de hablar o de sentir, sino de amar. Y se ama, esforzándose en intentar decir algo al Señor, aunque no se diga nada.

9. Buscas la compañía de amigos que con su conversación y su afecto, con su trato, te hacen más llevadero el destierro de este mundo…, aunque los amigos a veces traicionan. ―No me parece mal. Pero… ¿cómo no frecuentas cada día con mayor intensidad la compañía, la conversación con el Gran Amigo, que nunca traiciona?

10.«Et in meditatione mea exardescit ignis» ―Y, en mi meditación, se enciende el fuego. ―A eso vas a la oración: a hacerte una hoguera, lumbre viva, que dé calor y luz.

11.La oración es indudablemente el ‘quitapesares’ de los que amamos a Jesús.

12.Orar es el camino para atajar todos los males que padecemos.

13.La oración ―recuérdalo― no consiste en hacer discursos bonitos, frases grandilocuentes o que consuelen… Oración es a veces una mirada a una imagen del Señor o de su Madre; otras, una petición, con palabras; otras, el ofrecimiento de las buenas obras, de los resultados de la fidelidad… Como el soldado que está de guardia, así hemos de estar nosotros a la puerta de Dios Nuestro Señor: y eso es oración. O como se echa el perrillo, a los pies de su amo. No te importe decírselo: Señor, aquí me tienes como un perro fiel; o mejor, como un borriquillo, que no dará coces a quien le quiere.

14.Dios, que es amoroso espectador de nuestro día entero, preside nuestra íntima plegaria: y tú y yo (…) hemos de confiarnos en Él como se confía en un hermano, en un amigo, en un padre.

15.Le decías: “No te fíes de mí… Yo sí que me fío de ti, Jesús… Me abandono en tus brazos: allí dejo lo que tengo, ¡mis miserias!” ―Y me parece buena oración.

16.Hoy he vuelto a rezar lleno de confianza, con esta petición: Señor, que no nos inquieten nuestras pasadas miserias ya perdonadas, ni tampoco la posibilidad de miserias futuras: que nos abandonemos en tus manos misericordiosas; que te hagamos presentes nuestros deseos de santidad y apostolado, que laten como rescoldos bajo las cenizas de una aparente frialdad… ―Señor, sé que nos escuchas. Díselo tú también-