Sacerdocio Ministerial
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Siempre que la Iglesia quiso especificar el punto clave para distinguir el Sacerdocio Ministerial del Sacerdocio Común de los Fieles, señala claramente la potestad para celebrar estos Sacramentos.
2. Disponibilidad para vivir una espiritualidad de la acción y no al margen de ella: una espiritualidad que consiste en contemplar gozosamente la acción de Dios y su belleza en el mismo ejercicio del Ministerio y en la proyección pastoral.
3. Desarrollar actitudes auténticas y significativas de caridad fraterna (entrega pastoral), acogida cordial, cercana y disponible a las personas, en un trato amable y sin prisas.
4. Vivir comunitariamente la actividad evangelizadora, menos solitaria e individualista, delegando responsabilidades a los laicos.
5. Crecer y promover en Sí mismo y en la comunidad: los carismas, la vida comunitaria, la elaboración de proyectos formativos y liberadores y la planeación.
6. Explorar más las exigencias que brotan de la cercanía a la Eucaristía: Unidad, conversión, proyección de la Palabra y promoción humana.