¿SABES COMO ES EL CORAZÓN DEL CRISTIANISMO?

Encuentro de Pastorales en el Seminario de Misiones

20 de junio de 2009

Necesitamos a Jesús y lo buscamos... Si, es que después de 2000 años logramos considerar que hay algo en él que nos inspira y nos enamora; sin embargo en muchas ocaciones, no sabemos por qué lo buscamos, ni para qué. Es urgente, reconocer que no lo buscamos solamente porque nos sigue distribuyendo pan para saciar el hambre.
Jesús, vuelve a comenzar... Conversa sencillamente con cada uno de nosotros y nos sigue motivando para que pidamos al Padre Dios "el pan de cada día" nuestro pan cotidiano.

Como seres humanos, sabemos que necesitamos algo más, y él, nos ofrece "el alimento que puede saciar para siempre nuestra hambre, todas nuestras falencias".
Es urgente, descubrir que Jesús nos está abriendo un horizonte nuevo constantemente; los hombres y mujeres de los evangelios, se dieron el lujo, se permitieron la entevista con Jesús.. "y ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?". Hubo en ellos sinceridad, compromiso, obras, prácticas y observancias nuevas. Se consolidó en ellos, una nueva manera de Ser y de Actuar. Jesús tocó sus corazones "El Padre Amoroso, sólo quiere que creamos en el Hijo, pues es el gran regalo que él ha enviado al mundo" Maravillosa revelación... Tremenda exigencia para nosotros. En esto hemos de trabajar. Lo demás es secundario.

Reflexionemos...

¿Después de veinte siglos de cristianismo, no necesitamos descubrir de nuevo que toda la fuerza y la originalidad de la Iglesia está en creer en Jesucristo y seguirlo? ¿Lograremos pasar de la actitud de adeptos de una religión de "creencias" y de "prácticas" a vivir como auténticos discípulos y discípulas, misioneros y misioneras de Maestro de Maestros?

Para recordar...

La fe cristiana no consiste primordialmente en ir cumpliendo correctamente un código de prácticas y observancias nuevas, superiores a las del antiguo testamento. Nuestra Identidad Cristiana está en aprender a vivir un estilo de vida que nace de la relación viva y confiada en Jesús el Cristo. Nos vamos haciendo cristianos en la medida en que aprendemos a pensar, sentir, amar, trabajar, sufrir y vivir como Jesús.
Ser cristiano exige hoy una experiencia de Jesús y una identificación con su proyecto evangelizador y humanizador.

DIGNIDAD HUMANA

La Misión del Evangelio es universal, pero se debe situar en cada contexto, en cada pueblo y cultura. El Reino de Dios, el Reino de la Vida, centro de la actividad de Jesús, debe ser para nosotros y para nuestro compromiso una fuerza trasformadora de la realidad. Entre las señales del Reino que marcan el sentido de la trasformación de las personas y de la sociedad se encuentran: la vivencia personal y comunitaria de las bienaventuranzas, la evangelización de los pobres, “Si quieres puedes limpiarme” el acceso de todos a los bienes de la creación, el perdón mutuo, sincero y fraterno, aceptando y respetando la riqueza de la pluralidad.

Es imprescindible la Misericordia que responda ya con acciones concretas a las necesidades concretas impostergables, “Pero no debe contribuir a crear círculos viciosos que sean funcionales a un sistema económico inicuo. Se requiere que las obras de la Iglesia, de los laicos, de los líderes, estén acompañas por la búsqueda de una verdadera justicia social, que eleve el nivel de vida de hombres y mujeres; promoviéndolos como sujetos de su propio desarrollo”.

Así pues, la actividad evangelizadora desde Jesucristo “Quiero queda limpio” debe suscitar en nosotros la transformación constante de las realidades deshumanizantes y nefastas de nuestro tiempo.

Concluyamos pues y reconozcamos que a Jesús no lo mataron por hacer el bien sino por luchar contra el mal, levantando a los pobres de su postración y resignación, liberando sus mentes, alimentando su esperanza y movilizándolos personalizadoramente.

¿Y vos que pensas de este planteamiento?