COMO ENTENDER HOY LA ANIMACION MISIONERO EN NUESTRA IGLESIA

Encuentro misionero en Tuum, Distrito Samburu,

Kenya Africa

Sìntesis por el Padre Rafael Londoño Vanegas, Misionero Javeriano de Yarumal.

A raíz del Vaticano II, la ANIMACION MISIONERA, nace con una visión nueva, que se apoya en una doctrina nueva. Se sitúa a mitad de camino, entra la actividad en la misión, que siempre se orientaba hacia fuera, lejos de las comunidades cristianas, y la cooperación con esa actividad lejana, que la comunidad tenía que hacer con la oración y el apoyo económico.

DEFINICIÓN:
Podríamos definirla, diciendo: es un MINISTERIO ECLESIAL (entendido como lo describe E.N. No. 73) ejercido en el seno de las comunidades eclesiales, para que se hagan dóciles al Espíritu, asuman la misión como dimensión suya, y se abran al alcance universal de la misma.

-“ANIMACIÓN MISIONERA, MINISTERIO ECLESIAL”. Hay que situar la Animación pasando del ámbito del gusto, de la afición, e incluso de una “Vocación” personal mal entendida, para situarla en el campo del SERVICIO que se debe prestar a la comunidad eclesial, porque esto es para ella una necesidad, no de orden moral, sino una necesidad esencial, una cuestión de identidad, para hacer comunidad tal como el Señor quiso. Comprender la ANIMACIÓN MISIONERA, como un MINISTERIO no es sino sacar la consecuencia a las afirmaciones reiteradas de A.G. No. 37, en el que se plantea esta dimensión comunitaria de la misión, y llega a afirmar con radicalidad: “la gracia de la renovación en las comunidades no puede crecer, sino expande cada una los campos de la caridad hasta los últimos confines de la tierra y no tiene por los que están lejos una preocupación semejante a la que siente por sus propios miembros”. Esta primera afirmación, abre el paso al ministerio del Animador Misionero. Alguien tiene que asumir a su cargo en el seno de la comunidad el servicio a una necesidad, que le es esencial.

-La comunidad necesita: ser despertada, animada para asumir la misión, para superar el riesgo de “instalarse”, de no abrirse y estar disponible a lo que el Espíritu quiere. La comunidad hoy tiene que ser animada para una misión nueva en muchos aspectos. La nueva acción misionera necesita y tiene derecho a una nueva animación misionera que responda a las necesidades actuales, a los retos de los cambios, a la nueva universalidad geográfica del Primer Anuncio. Hay que despertar a la comunidad, hay que prepararla para la novedad de evangelizar a los ya evangelizados.

-La Animación Misionera, necesita verdaderos vigías, verdaderos centinelas de la mañana. Es posible señalar como signo de autenticidad la atención que la animación del nuevo talante, preste a la juventud, para hacer de ellos, los servidores de la nueva acción misionera.

NUEVA ANIMACION PARA LA NUEVA ACCION MISIONERA:

La primera tarea de la nueva animación será marcar el rumbo, señalar el camino que le queda por andar a la comunidad a la que se dirige. El animador misionero tiene que comenzar por entender él, la nueva acción misionera. No nos hacen falta animadores para un modelo trasnochado de misión. La expresión de “Nueva Acción Misionera” acuñada por Novo Millenio Ineunte, tenemos que leerla desde los serios avisos de la R.M. que ya en el No. 1 y después a lo largo de toda la encíclica afirma: que “La misión está todavía en sus comienzos”. La misión por lo tanto se encuentra, ante una situación nueva, necesitada de unan nueva acción misionera. Es una situación muy variada y comprometida, caracterizada por dos rasgos: el contexto de la globalización y la convicción de estar ante una “nueva y cambiante situación de pueblos y culturas”. Hay que poner en juego todos los recursos, “Todas nuestras energías” (R.M. No. 1), “Dedicar todas las fuerzas eclesiales” (R.M. No. 3). La animación misionera de la Iglesia debe hacer suyas estas tareas. Ayudar a afrontar las situaciones con valentía. Programar con seriedad, como lo pide el Papa, bajando al detalle de lo que supone una verdadera programación (R.M. No. 29), en objetivos, métodos de trabajo, en el campo decisivo de la formación y valorización de los agentes, en provisión de los medios necesarios, en la temporización y señalamiento de las etapas del camino, con las prioridades establecidas; esta programación se debe realizar en sintonía con las Iglesias Particulares y abiertos a la Iglesia Universal.

CONCLUSIÒN:
Los invito a que todos desde nuestra condiciòn de Miembros de la IGLESIA conozcamos, profundicemos y apliquemos las enseñaanzas de quienes nos dirigen para construir EL REINO DE DIOS.

BIBLIOGRAFIA:

-Documentos Vaticano II. Constitución sobre la Iglesia. Decreto Ad Gentes.

-Encíclicas: Evangelii Nuntiandi. Redemptoris Missio y Novo Millenio Ineunte.
-Diccionario de Misionologia. Eloy Bueno. Roberto Calvo. Ediciones Monte Carmelo. 2003.

EL RETO SIGUE SIENDO LA MISION

Foto. Vereda Nubia Baja, Anserma Caldas 2009.

Seguimos sintiéndonos llamados para continuar el RETO MISIONERO que hemos asumido desde el Sacramento del Bautismo; ello implica ser misioneros y misioneras ORANTES, ya que el Señor sigue llamando y sigue suscitando mensajeros para América y para el Mundo. ¿Te sientes llamado o llamada para esta tarea de vida, servicio y entrega?

Foto. Vereda Nubia Alta. Anserma Caldas 2009

Esta maravillosa tarea implica, mucha Acción Evangelizadora y Pastoral; mucha Reflexión Bíblica y Teológica sobre la Misión de la Iglesia; el reto, sigue siendo la Reflexión Teológica suscitada al interior de la Comunidad de Fe.

Foto. Vereda Nubia Baja, Anserma Caldas 2009

Se percibe:

-Falta de interés en lo Teológico, en muchas comunidades que carecen de formación y promoción de líderes y misioneros autóctonos.

-El pragmatismo evangélico, manifestado en la búsqueda de resultados inmediatos, visibles y contables.

-La escasez de centros de investigación y elaboración teológica, abiertos a nuevos autores y a nuevas experiencias en "teologia evangelica".

-La dificultad para escribir, publicar y distribuir artículos, boletines o revistas, y libros teológicos.

-La tendencia a perder el equilibrio entre “sentir la fe” y no en “pensarla”.

También sigue siendo reto para nosotros la solidificación de una Misionología Latinoamericana con estas características:

-Teología de reacción, vale la pena incluir los acontecimientos sociales y religiosos que influyen en la cotidianidad de las Comunidades de Fe.

Nuestra Teología Evangélica formulada en América Latina a partir de los años sesenta, ha sido MISIONERA, y se espera que SIEMPRE LO SEA. La crítica constructiva siempre es necesaria para que volvamos con frecuencia a las BASES BIBLICAS DE LA MISION y responder bíblicamente a los interrogantes de este mundo cambiante.

No olvidemos estimados lectores y lectoras, que los fundamentos de nuestra Misionología deben ser siempre bíblicos, “ la Palabra de Dios permanece para siempre y debe iluminar cada una de nuestras coyunturas”. Pero en nuestro empeño de COMUNICAR EL EVANGELIO, DE EVANGELIZAR, DE COMPARTIR LA BUENA NUEVA DE JESUCRISTO, muchas veces no parte de La Palabra.

Seamos fieles al MANDATO de JESUCRISTO... "Id pues, e instruid a todas las Naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo..." (San Mateo 28, 19-20)